pensamiento negativo
pensamiento negativo

Se ha estimado que tenemos entre 12.000 y 50.000 pensamientos al día. Según las investigaciones, la mayoría de estos pensamientos son los mismos que los del día anterior y, en su mayor parte, son negativos.

Y 50.000 pensamientos negativos al día estarás de acuerdo… Son muchísimos. Nuestros pensamientos nos pueden ayudar o nos pueden sabotear los esfuerzos que hacemos para tratar de alcanzar nuestras metas. Por ello, no es de extrañar que pueda ser tan difícil crear cambios positivos.

La buena noticia es que si puedes detectar un pensamiento negativo o restrictivo, puedes elegir conscientemente cambiarlo.

He aquí tres ejemplos de creencias comunes que pueden sabotearnos a las mujeres especialmente y a las que podemos dar la vuelta para que nos lleven por el buen camino hacia la salud y la felicidad que están muy en línea ahora que empezamos de nuevo con la rutina:

1. Odio hacer ejercicio. Nunca me ha gustado. ¿Por qué molestarme?

Decide hacer ejercicio. No porque “tienes que” hacerlo, sino porque así lo decides tú mismita. Encuentra una actividad que te guste y que realmente quieras hacer, que te ilusione y que te haga levantarte con ganas de la silla, sofá, etc.

Un nuevo pensamiento: Elijo hacer ejercicio porque me siento increíble y llena de energía cuando lo hago.

2. Nunca voy a ser perfecta ni a tener un cuerpo perfecto. ¿Por qué molestarme?

Ponerte objetivos poco realistas puede causar frustración y te darán ganas de darte por vencida. Sé realista. Todos tenemos días en que, sin sentido, comemos en exceso o nos saltamos un entrenamiento. ¡La perfección no existe!

Un nuevo pensamiento: Acepto y me encanta mi cuerpo tal como es, y trabajo para que sea más saludable y más fuerte.

3. Tomarse tiempo para “cuidarse” es estúpido. Estúpido y egoísta. Debería trabajar más en mi negocio o pasar este tiempo con mi familia.

Esta creencia no podría estar más lejos de la realidad. Como más realizada, feliz y saludable te sientas, más cosas tendrás para ofrecer a los demás. Poniéndote a ti misma como la última de tus prioridades no le estás haciendo ningún favor a nadie.

Un nuevo pensamiento: Me merezco ser feliz y estar saludable

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